Esta semana es vital dados los datos de IPC y las reuniones de los Bancos Centrales, ya que todos ellos servirán para corroborar o no la vuelta hacia arriba de los mercados.

Como cada mes les hacemos entrega de la visión de la Casa. Pese a quedar 31 días para cerrar este volátil 2022, nos sentimos en la obligación de hacer spoiler de lo que esperamos para el 2023.

Nunca entendimos a aquellas entidades que, simplemente por estar en el último mes y tener la necesidad de salir en los medios con titulares llamativos, finalmente, en su estrategia para el año venidero cambiaban muchos de los pasos que hasta ese momento parecían esenciales. Por ello, no verán grandes novedades en nuestro caso, dada nuestra visión a largo plazo.

Cambiando el paso, entendemos que, en los próximos meses, tal y como plasmamos en la portada, el ritmo de oscilación del mercado vendrá dado por las bajas temperaturas y por el grado de subidas de tipos de interés. La semana del 12 de diciembre es vital dados los datos de IPC y las reuniones de los Bancos Centrales, ya que todos ellos servirán para corroborar o no la vuelta hacia arriba de los mercados.

Para el año venidero, la gran mayoría plantea un tablero dividido en dos partes: un inicio renqueante, que puede llevar a salidas de vía no deseadas de algunas economías y que revertirá en el segundo semestre.

Aquí nos surgen varias dudas:

  • La primera, respecto a la severidad de la caída de la actividad. Aunque esperamos crecimientos nominales de la Eurozona próximos al 1% para 2023 (similares a los de USA) e inflaciones alrededor del 3,5%, puede que algo se este cocinando por el lado positivo. Las últimas encuestas muestran como hemos pasado de tener alrededor de 2/3 de economistas negativos respecto a Europa, a rebajar esa cifra al 38%. La política fiscal, el mercado laboral y la reciente caída en materias primas son vitales en su lectura (y a nosotros nos sirven para ser un poco más positivos también).
  • Adicionalmente, los últimos picos en precios vividos en Alemania, España y USA, abren la posibilidad de tener niveles de inflación un 40% inferiores a los actuales en el segundo trimestre (siendo positivos en las expectativas de subida de tipos). Con ello se nos abre y cierra automáticamente la segunda de las dudas. ¿Es óptimo reducir el riesgo y pedir a los clientes que hagan market timing? Ayer un gran Banco predecía caídas del 25% en Bolsa y apremiaba a sus clientes a esperar el momento idóneo para cargar las carteras. Todos sabemos que el mercado no hace mínimos cuando la Economía lo hace, se suele anticipar 6 u 8 meses, buscando ideas atractivas por valoración. Con lo cual, nuestra idea es la de mantener invertidas las carteras sin dejar “pólvora seca”. Ya saben que estar en el banquillo y salir a jugar sin calentar conlleva riesgo de lesión. 

¿Cómo podemos mantener una cartera diversificada con potencial?

La combinación tradicional de activos en renta fija y renta variable puede encontrarse ante uno de los mejores años esperados (muchos pensarán que es lógico al ver caídas de la misma de un -13% ytd), pero la experiencia reciente nos pide seguir diversificando:

  1. Estando positivos en renta variable. No estamos viendo índices planos para el próximo año y tenemos nuestros objetivos iniciales en el S&P500 en 4,500 puntos. Mejoramos el potencial esperado con menos inversión en USA, más en Eurozona y Mercados Emergentes (en un mundo creciendo al 3%, Asia tiene la responsabilidad de mantener la actividad).
  2. Lo que compartimos con nuestros colegas al 100% es el hecho de que el 2023 debe ser el año del Income, materializado en la renta fija. La capacidad de recibir rendimientos atractivos del 5% debe hacernos perder el miedo ante posibles empeoramientos de los fundamentales y los spreads de crédito, siempre y cuando se cumplan nuestras expectativas de alcanzar máximos de tipos en USA alrededor del 4.75% y 2.75% en la Eurozona. El breakeven (o nivel de subidas en tipos a partir de donde vemos perdidas por efecto precio) está más alejado (200 pbs para el caso de la renta fija más volátil).
  3. Los alternativos deben pesar como mínimo el 20% de las carteras confeccionadas. Muchas veces se aglutina todo erróneamente en Private Equity. En este momento coyuntural, los PE de secundarios tienen sentido, tiene mucho valor la deuda privada y pronosticamos que el oro pueda alcanza los 2,000 usd/onza. Donde vemos más dificultad de obtener rendimiento es en el inmobiliario tradicional (para inversores en USA comprar deuda a corto plazo ofrece rendimientos similares al arrendamiento) y donde vemos más proyección es en logística y desarrollos relacionados a la salud e investigación.
  4. En un mundo que, en términos reales, no debería distar mucho en crecimiento vs. el 2022, pensamos que debe existir una reversión de la apreciación del usd. Teniendo como primer nivel el 1,12 eur/usd, esperamos poder alcanzar niveles del 1,16 eur/usd.

Equipo Beka Finance Private Banking.

No items found.