Antes de aterrizar en Bolsa, es crucial conocer previamente cuál es el perfil inversor con el que uno se identifique, dado que esto determinará el riesgo a asumir y los objetivos a establecer.

Los mercados globales comenzaron el año 2023 al alza tras un 2022 lleno de turbulencias, pese a ello, los bancos centrales prosiguieron con sus políticas monetarias restrictivas -25 pbs Fed y 50 pbs BCE-.

Sumado a esto, el último dato de desempleo en USA -en mínimos desde 1969- ha hecho dudar a los mercados, repercutiendo en el estado de calma que experimentaban. Y aunque la inflación, la guerra en Ucrania y la tensión de EE. UU. y China, siguen posicionándose como los riesgos fundamentales del contexto financiero, las recientes declaraciones de Jerome Powell han tranquilizado a gran parte de los inversores, asentando su confianza pese a las posibles oscilaciones que los mercados puedan experimentar.

Para aquellos que deseen aterrizar en la Bolsa y quieran aprovechar las oportunidades que ofrezca el mercado, estas son las distintas manera para acceder: construyendo una cartera de valores, a través de fondos de inversión de renta variable o bien mediante ETF (fondos cotizados en Bolsa).

A continuación, David Azcona, Economista Jefe de Beka Finance, analiza cuál es la mejor estrategia, atendiendo al riesgo a asumir y los distintos objetivos que pueda tener el inversor que desee comenzar a invertir en Bolsa este año (Colaboración con el diario económico Expansión).

¿Construir una cartera selectiva de valores  o hacerlo a través de fondos o ETF?

Pregunta con múltiples variantes y muy dependiente del perfil del inversor, la sofisticación de este, el seguimiento que va a realizar de la cartera y de su horizonte temporal.

Desde la Casa entendemos que hemos de invertir a largo plazo, huyendo del rabioso trading y dando un sesgo balanceado de factores que afecten a nuestras posiciones. Y esto no se pude conseguir con un par de valores. Si no se trata de un cliente con disposición de seguir las carteras de manera frecuente (volatilidades como las del 2022 nos demuestran que la inversión debe ser casi profesión), la recomendación son fondos o ETFs de renta variable.  

Y aquí se abre una nueva pregunta, ¿serán los gestores capaces de batir al índice y a la ETF?

En los últimos 17 años la tasa media de gestores que han sobrepasado el rendimiento anual del S&P en USA es del 36.7%. Es bajo, sí. Y los años en los que la gestión activa ha triunfado, como en el 2022 (segundo año con mejor comportamiento desde el 2005), ha sido porque los sectores que mas pesan (y los gestores no pueden comprar en tanta medida por diversificación) lo han hecho peor.

Existe una correlación entre cuando lo hace bien o mal el growth vs. el value, respecto a cuando encontramos esa brillantez de los managers. Pensando en el 2023 y 2024, con tipos de interés por encima de años pasados, y donde la merma en beneficios parece mas acuciante en la parte growth, abogaríamos porque los gestores van a poder proseguir con su capacidad de batir a los índices (algo que como decimos es poco usual en ciertos mercados).

El seleccionar un gestor consistente reportará más beneficios para aquellas zonas en las que nosotros tenemos más sobre exposición, como son países emergentes y Europa, por el grado de seguimiento de las compañías (pudiendo sacar más valor de un buen equipo de análisis). Es algo que ya en enero del 2022 recomendamos en este medio y reiteramos el mensaje, la gestión activa es la clave.

Para los que opten por una cartera selectiva de valores

En carteras de inversión directa, la diversificación de factores y riesgos la encontramos a partir de la inclusión de 20/25 valores. Y los pesos de los activos suelen estar alrededor del 4%. Existe mucha gente que por metodología suelen hacer compras medias, pero, como todo en la vida, depende de tus expectativas. En este caso, nuestra perspectiva es que la primera mitad del año es cuando las sorpresas han de ser positivas y, la segunda, será la estabilización de las mismas. Ante ese escenario, no estaríamos esperando a comprar en distintos niveles. A pesar del buen arranque de año, Roche, Capgemini, Microsoft y Pfizer, serían valores a incluir en ese universo de acciones.

Fondos o ETFs: ¿productos globales o temáticos?

Como entendemos la inversión en renta variable es de manera global y buscamos gestores que sean la piedra angular. Fondos como Fidelity World fund, muestran sesgos muy balanceados a partir del cual poder construir, pudiendo añadir de manera satélite sesgos más value, con fondos como Alken European Opportunities, o más growth, con ideas como CPR global disruptive opportunities. Usamos ETFs para temáticas, como la inversión en oro. En la confección de las carteras directas e indirectas no debemos olvidar el compromiso respecto a los estándares de ESG.

¿Compensa utilizar coberturas para minimizar el riesgo?

Pues eso es lo que piensa la mayoría. Los gestores institucionales se encuentran infra invertidos, aun cuando el rebote del 2023 y las posiciones especulativas en los mercados de derivados son muestra de ello. Aunque a finales de enero las posiciones especulativas netas en futuros europeos de renta variable se habían reducido a la mitad, todavía suponen algo así como 40 bn de usd. Y el precio que hay que pagar por protegerse, pese a subir por efecto tipos, se ha visto adelgazado por ver como la volatilidad implícita se encuentra en mínimos de abril del 2022.

Dada nuestra visión positiva, pensamos que la mejor protección actual es la diversificación de la cartera.

David Azcona, Chief Economist de Beka Finance
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