Criptomonedas, activos digitales, criptoactivos..., definir estos conceptos hace que quede más claro toda la información que gira en torno a la Central Bank Digital Currency (CBDC).

¿Qué son las CBDC? ¿Cuándo se implantarán? ¿Son lo mismo que las criptomonedas? Vamos a explicar todo ello, pero, antes de nada, debemos definir cada uno de los términos para disipar confusiones.

  • Criptomonedas: o también llamadas criptodivisas, son un medio digital de intercambio que utiliza criptografía para asegurar las transacciones, controlar la creación de unidades adicionales y verificar la transferencia de activos.

Siendo estrictos con la definición, muy pocas “criptomonedas” (por no decir que solo Bitcoin) cumplen con la definición más purista. Su irrevocabilidad y su incomunicabilidad lo diferencian del resto de activos financieros que no son activos reales. El resto de “criptomonedas” dependen de que el emisor de estas actúe de cierto modo para mejorar el ecosistema donde se encuentran. Es decir, su valor no solo depende del mercado descentralizado, también de las personas que administran esa red. Bitcoin también es un activo real, ya que no es el pasivo financiero de nadie.

  • Activos digitales: es cualquier bien virtual que puede generar valor o actuar como reserva de este.
  • Criptoactivos: son activos digitales, no tangibles, pero que tienen un valor otorgado por el mercado y que están basados en la criptografía. El Bitcoin también sería un criptoactivo. Un token de un club de fútbol que te permite tomar decisiones en él, si está basado en criptografía, sería un criptoactivo.
  • CBDC (Central Bank Digital Currency o Monedas Digitales de Banco Central): son una forma de dinero fiduciario digital, emitido por bancos centrales de países o de organizaciones supranacionales, que tiene valor de curso legal en dicho país o territorio.

Normalmente, el término “cripto” está mal asociado al usarse para definir a casi cualquier activo digital. Técnicamente, solo lo son aquellos que su almacenamiento e intercambio son encriptados. Bajo esta premisa, muchas “criptomonedas” que existen son simplemente monedas digitales, ya que sus operaciones no están encriptadas ni almacenadas en una blockchain.

El siguiente esquema explica de manera clara la distinción de cada activo:

Beka Finance: clasificación de activos digitales

Por otro lado, no hay que confundir que estén basados en criptografía con que estén descentralizados. Descentralizado significa que la autoridad no recae en una persona o institución, si no en la tecnología y/o sus usuarios. Alguien puede crear una moneda basada en criptografía y quedarse el 99% de la masa monetaria. No sería buena idea transaccionar con ella, ya que esta persona puede manipular artificialmente su precio y otros aspectos; es lo mismo que ocurre con las CBDC, pero al tener una institución que las respalda, ya no son monedas digitales vulgares, sino que cuentan con el apoyo de grandes instituciones financieras aceptadas por todos.

Un futuro prometedor

Con las monedas digitales y algunas criptomonedas se pueden crear condiciones mutables para las mismas. Se pueden programar para que ocurran ciertas acciones bajo un marco determinado de condiciones.

Imagina que le prestas a un amigo 500€ y dice que te los devolverá en un mes. Si se los dejas en efectivo, y al mes vencido, no te los devuelve, no tienes manera de recuperarlos (excepto por la fuerza o por la vía legal, que es lenta y probablemente te cueste más de lo que le dejaste a tu amigo). Con monedas digitales podrías dejarle 500€ digitales y que en el plazo de un mes vuelvan a tu monedero, aplicando una condición temporal. Si tu amigo no los tiene, tendría -500€ y todos sabrían que es mal deudor.
Otro ejemplo, una madre le da a su hijo 50€, pero teme que se lo gaste en cosas que no son beneficiosas para él o simplemente lo malgaste. Podría entregarle 50€ digitales, pero programados para que solo se pueden gastar en los comercios que la madre elija. Así el hijo tiene libertad de elección, pero en los márgenes acotados por la madre.

Estas funcionalidades podrían suponer una revolución si las extrapolamos a nivel empresarial y financiero, podría estimularse el comercio, ahorrar millones en tiempo y costes y prescindir de intermediarios con un sistema que garantiza la seguridad y la inmediatez de las transacciones.

Los riesgos de las CBDC

Sin embargo, las CBDC pueden llegar a ser un arma de doble filo, un punto que cada vez se expone con más frecuencia en el debate de la esfera pública o, incluso, generar polémicas con respecto a ellas. Una de las más sonadas es su falta de privacidad.

Al ser programables pueden atribuírseles capacidades extraordinarias que pueden utilizarse para coaccionar financieramente al individuo. Pueden ser caducables, tener limitaciones de adquisición de bienes o, simplemente, el hecho de no ser anónimas como el efectivo, pueden conllevar impuestos abusivos, denegación de servicios, etc.

¿Cuándo y cómo se implementarán las CBDC?

Si bien es cierto que la desaparición del efectivo es inminente, acrecentada por la pandemia (en los países nórdicos su utilización ronda el 4%), esta situación es la puerta de entrada para las CBDC.

Poco a poco, parece que vamos perdiendo el poder de decidir utilizar el efectivo, con la eliminación de grandes billetes y la prohibición y la persecución de pagos en efectivo, reduciendo así nuestra libertad y privacidad. En China ya adoptaron pagos por reconocimiento facial, haciendo evidente la falta de anonimato.

La realidad es que, materialmente, el Bitcoin o las criptomonedasn serán la única alternativa para esquivar los estrictos controles de las CBDC. Durante un tiempo existirá un periodo de adaptación donde convivirán el dinero fíat y las CBDC, pero después se pronostica que se eliminará el fíat.

Esta estructura se articula bajo la premisa de que las organizaciones criminales no podrán operar, un argumento totalmente naif, ya que cuentan con una gran cantidad de medios para su financiación; por el contrario, quien no tiene esa capacidad de financiación es el ciudadano de a pie.

Lagarde declaró en una entrevista que esta adopción se completaría en 4 o 6 años. Con los retrasos de las regulaciones burocráticas es posible que, si todo sigue adelante, convivamos con las CBDC a principios de la década del 30.

Los experimentos con CBDC

En China ya se han dado pasos en esta dirección, de controlar a la población financieramente y orientar sus preferencias, imponiendo forzosamente el yuan digital y prohibiendo la emisión de otros tokens o monedas digitales.

Algunas de las características del sistema chino son:

  • Está completamente bajo el control del Banco Central Chino, que proporciona todo el control al Gobierno y sin intermediarios privados, restando el peso de estos y creando un monopolio monetario.
  • Permite controlar el movimiento del dinero en el exterior. Al ser programable, se pueden restringir pagos en ciertas áreas geográficas (por ejemplo, si quieren evitar que otro país compre yuanes como reserva de valor), o que no sea rastreable a voluntad programándolo para que desaparezca en un tiempo. Es decir, fomentar el consumo artificialmente bajo la amenaza de que tu dinero desaparecerá si no lo haces y destruyendo de raíz la capacidad de ahorro de los ciudadanos.
  • Se podrá programar de manera personaliza para que tu dinero no pueda comprar ciertos bienes, o incluso aplicar inflación personalizada a nivel individuo o a nivel país.
  • Se podrá premiar o castigar el uso que hagas de tu dinero.

Un ejemplo: Sabiendo cuántas veces has comprado un billete de avión, cuánta carne has consumido o cuánta agua has gastado, se podrán aplicar impuestos como castigo. Imagina que has ido de viaje a Rusia por puro ocio. Al haber realizado compras relacionadas con este país, podrían denegarte ciertos servicios alegando que has comerciado con un país sancionado. Si en el pasado creaste una empresa y quebró, los bancos podrían denegarte una hipoteca u ofrecértela a intereses desorbitados.

Europe is different

Hay quien ingenuamente piensa que en Europa y el resto del mundo libre occidental esto no pasaría nunca. No hay que suponer nada ni caer en teorías conspirativas, ya que los propios dirigentes monetarios lo confirman:

Lagarde ya afirmó recientemente que se requieren monedas digitales de bancos centrales para mantener el papel de los bancos centrales  y que no le gusta ver un período de banca libre ocasionado por las criptomonedas. Bo Li, Subdirector Gerente del FMI, reconocía abiertamente la facultad de las CBDC de ser programadas y ejecutar decisiones políticas, es decir, crear “cupones de consumo” para obligar a la gente a consumir una cosa u otra. Un informe del Comité de Asuntos Económicos del Parlamento del Reino Unido encontró que “una CBDC podría presentar desafíos significativos para la estabilidad financiera y la protección de la privacidad”.

Para que se logre una implantación satisfactoria, las CBDC deben estar diseñadas para mitigar cualquier efecto negativo sobre la política monetaria y garantizar estabilidad y previsibilidad financiera. Asimismo, debe evitarse el uso excesivo de ellas como forma de inversión especulativa y el riesgo asociado a grandes desplazamientos. Su uso debe ofrecer ventajas frente a otras alternativas y ser una manera eficaz de alcanzar objetivos económicos.

Esta es la teoría. En la práctica todo depende de cómo se implementen. Las CBDC dependiendo de cómo se programen podrían ser una muy buena alternativa, pero muy probablemente los bancos centrales no renuncien gratis a su poder.

«Cuanto más planifica el Estado, más complicada se le hace al individuo su propia planificación», Friedrich Hayek, economista, jurista y filósofo austriaco, ganador del Premio Nobel de Economía en 1974.